Cada acción que hago durante mi día contiene una parte de esa canción. Pero, ¿por qué esa canción?
Para empezar, es mi grupo favorito por muchas razones; y la canción es la más adecuada, ya que la puedo dividir en muchas partes que encajan con mis acciones diarias.
La batería con el ritmo como de bosa-nova, en pocas palabras, es mi alarma. Es el comienzo de la canción y el comienzo de mi día. Avisa que se viene algo. Luego viene el teclado y la guitarra… “ya estoy despierto”.
“Sabes que el día destruye la noche y la noche divide el día”. Con eso me doy cuenta de que ya no hay tiempo para dormir, me levanto, desayuno, me visto… Me salgo del sueño.
“Trata de correr, trata de esconderte, atraviesa hasta el otro lado”. La canción empieza a tener fuerza, se pone movida. Este es mi apuro, ya que siempre salgo, prácticamente, justo en la hora. No ha habido día en que salga con tiempo de sobra… nunca.
Luego el coro, la canción se calma. Ese momento es desde que voy en camino a la universidad hasta que me devuelvo para la casa. Desde todo lo que es ramos, materia, ventanas y actividades hasta que llego a la casa.
Ahora, cuando llego (después del segundo coro) es cuando comienza lo movido. Limpiar la terraza, hacer la comida, poner la mesa, estudiar, tareas, sacra al perro, ir al super y muchas cosas mas.
Cuando termina mi día, termina de forma brusca. Tal como la canción.
P.D.: Jim Morrison está vivo, en África.
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